RETRATOS


 

Repudio al artista que, al escribir árbol, al pintar árbol, pretende exactamente, decir árbol. El artista que escribe o pinta un árbol, pinta los corazones grabados de los amantes que ya se hicieron muerte, el vuelo del penúltimo pájaro que en él se cobija, o el descenso mecido de la hoja seca en cada otoño.
De vez en cuando la vida te regala a un artista que escribe, compone, canta o dibuja un árbol sin que el pinche árbol sea el ombligo de su arte, sino su intrahistoria de emociones sensibles.
“Rocko” es uno de esos regalos. En este libro donde nada es real, todo es cierto. En cada imagen creativa de cada personaje, la realidad del retratado es nada respecto a la certeza de su interior, de su genio. Desde la movilidad de dedos y manos, siguiendo el mapa del talento y guiado el trazo por la sensibilidad, “Rocko” presenta desde un algo inmóvil, todo el ecosistema creativo de cada personaje. Su obra entera.
Frida no se parece a Frida. Es Frida. Y así todos: actores, toreros, escritores, músicos… Artistas. No tienes entre tus manos otra cosa que un bosque de árboles interminables plenos de sensibilidad histórica. Un rastro del talento libre del ser humano, de tal forma que, viendo un dibujo de Juan Rulfo, se puede leer Pedro Páramo, viendo a José Tomás, se escuchan los ecos de los olés más profundos, mirando a Villa sentimos que la Revolución es un algo inacabado y el retrato del Payaso nos hace niños de nuevo.
Texto: Carlos Ruiz Villasuso

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